La boda de mi mejor amigo

Sergio me dijo que se casaba en medio de una conversación excesivamente informal, tipo: «tengo que comprar tomates, ayudar a mi madre y ¡ah! que me caso el año que viene. A lo que íbamos, los tomates los prepararé en ensalada…» y siguió hablando cómo si lo que acababa de decir no tuviera ninguna trascendencia. No escuché el resto de su ensalada. ¡Se casaba mi amigo del alma! Una de las personas fundamentales en mi vida, iba a hacer algo que me llenaba de ilusión. Y por supuesto, quería estar cerca para plasmarlo en imágenes. Escogieron la noche de San Juan para hacer una ceremonia al aire libre llena de magia. Sí, magia, con conjuros y queimadas. Con palabras emotivas, risas y lloros. Con música en directo y con mis grandes amigos a orillas del Ebro. Una noche maravillosa de la que hoy hace un año. Feliz aniversario, Sergio y María.