Carlos y María me contaron que su primera escapada como pareja fue a Canfranc, y que por allí habían pasado muchos de sus fines de semana libres, así que la excusa de la preboda nos pareció el momento perfecto para perdernos de nuevo por este rincón donde la luz es tan especial. Recordar esos paseos de novios, la estación abandonada, las vías de tren, las montañas, los bosques… la verdad es que Canfranc es un pequeño paraíso para fotógrafos, tiene mil lugares en los que encontrar una luz bonita y un escenario fotogénico. Si a eso le añadimos una pareja con tanto amor como María y Carlos, ya teníamos el día hecho. Y aquí está el resumen en fotos! Prontito su gran día!
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