Boda Tania y David

Decir que esta boda me hacía ilusión es quedarme corta. A David le conocía por su talento con los pinceles, por sus cuadros y sus exposiciones. Y seguía su trabajo con cariño. Y de repente, ese artista al que iba viendo su evolución, me escribe a mí, me cuenta sus planes de boda y me dice que quieren contar conmigo para las fotos. Y claro, yo me entusiasmo y lo celebramos inmediatamente con una primera sesión de fotos en la que conocí a Tania, en ese momento embarazada. Y por su manera de mirarse, de hablarse sin decir palabras, de cogerse de la mano y de transmitir tantas cosas, ya sabía que en su boda iba a haber mucha magia.

Durante los meses previos al gran día, llegó Enzo y nos arrebató a todos el corazón. Así que en la boda hubo tres grandes protagonistas, David, Tania y su pequeño. Y además, el resto de invitados, familiares y amigos que se sumaron a una fiesta preciosa, en la que era fascinante ver cómo se podía pasar del llanto a la carcajada y al revés, con palabras emotivas por parte de muchos de los invitados y con un gran sentido del humor, como para empezar la boda con una nariz de payaso, por ejemplo (genial siempre Luis Cebrián como maestro de ceremonias). De la complicidad y emoción compartida de Tania con su padre, a la simpatía del hermano de David, que decidió «echarle un capote» al novio y lo hizo literalmente, le echó una capa roja en medio de la ceremonia. Que no falte la risa ni motivos para celebrar! Fue muy bonito vivirlo todo, y creo que estas fotos ayudan a hacerse a la idea de que esta boda fue muy, muy especial. David y Tania, felicidades!