Voy contando los días para que llegue esta boda. Desde el primer día que Leticia me dijo que se casaba, me puse loca de contenta. Conozco a Leticia desde niña, yo soy la ahijada de su padre, y a la vez su hermana es la ahijada del mío, así que gracias a la amistad de nuestros padres nos hemos visto crecer, primero en Jaca y más tarde en Zaragoza. Cuando decidimos hacer algunas fotos de preboda, teníamos claro que tenían que aparecer los mallos de Riglos, puesto que gran parte de la vida familiar de Leticia ha transcurrido en Murillo de Gállego, con los mallos de fondo. Así que escogimos un domingo libre, y nos pusimos rumbo a la provincia de Huesca para disfrutar de un día espléndido, pasear por campos de espigas, por la orilla del río y hasta ver a un pavo real en pleno cortejo. Aquí va un resumen en fotos 🙂